Cuando asistimos a un spa para relajarnos y para eliminar el estrés del día a día y tener unos momentos de descanso, normalmente hay dos sitios que son de obligado asistimiento:
la sauna y el jacuzzi. Aunque no son lo mismo, ni parecido en ningún caso, resulta que muchas veces van unidas ya que dentro de las tácticas de relajación son las más comunes y no solamente las podemos encontrar en sitios especializados ya que cada vez son más los gimnasios que las tienen, entre otros establecimientos. Ambas tienen muchos beneficios pero si se utilizan de la forma adecuada.
La sauna y el jacuzzi no tienen porqué ir unidas y si utilizamos una no es necesario que utilicemos la otra. Lo que sí es cierto es que en muchos casos, como por ejemplo en las técnicas de relajación de un spa utilizamos ambas.
La sauna es un espacio cerrado en el que hay altas temperaturas y un gran porcentaje de humedad. En él se realiza un baño de vapor o sudoración que hace que eliminemos toxinas y activemos la circulación sanguínea.
El jacuzzi por el contrario es una bañera hidromasaje. Ésta bañera consta de un motor que inyecta aire cuando ésta está llena de agua caliente provocando con ello que el agua burbujee y nos realice un suave y placentero masaje.